
A veces basta con barrer para eliminar las manchas. Motas superficiales que no dejan huella y que la escoba arrastra como el tiempo algunos errores. A veces basta con perdonar para borrar los agravios. Frívolas insolencias que no dejan huella y que el tiempo empuja como la escoba el polvo. A veces la mancha se filtra impregnando cada poro y las atrocidades no se limpian ni pasando el cepillo, ni con el perdón.