
Cierra el último bar y se abre una sorpresa; tras la última cerveza te sirven besos que prometen no prometer y caricias que mienten a la voluntad pero estremecen la piel.
Tras cerrar el último bar y tomar la última cerveza, con el dulce sabor del sexo reciente mezclado con el acre del tabaco y el recuerdo amargo del alcohol dos soledades regresan a sus casas cuando el sol despierta y en la cama les acompaña un aroma, un eco de labios y un espacio vacío.