
Y ahora miro tu lado de la cama; y ahora el vapor que dejabas en la ducha al salir, y tu fantasma preparando el desayuno. Y escucho el chasquido del beso con que me despedías y la puerta cerrándose. La puerta cerrándose; como el día que te fuiste sin beso, sin desayuno, sin ducha, sin cama. Y alrededor de tu hueco ubicuo veo el trasto inútil en que me he convertido a la espera de reparación.