
A veces vienen, otras se escapan y esconden. A veces vuelan, otras se detienen y descansan. A veces cantan, otras susurran o silencian. A veces huyen, otras se acercan y acompañan. A veces sobran, otras se necesitan y embellecen. A veces dañan, otras calman y acarician. Mientras yo, ajeno a su libertad, sentado y mirando al cielo, espero esas palabras rebeldes que siempre faltan cuando más las necesito.