
La luna extendió su mantel sobre la mesa y nosotros el vino y las viandas. Vaciamos las copas tan despacio -o tan deprisa- como avanzaba la noche y terminado el licor nos embriagaron los besos o las estrellas. ¿Mañana? Preguntaste. Nunca se sabe, respondÃ. Pasados los años no volvà a verte y hoy un manto de nieve cubre el tablero sobre el que nos amamos.
Que bonito, Fernando! Felices Fiestas, para ti y tu amada! um abrazo, Katia