
Regresé a los años de los dos reales para sacis, de los soldados de plástico y los coches de lata. Regresé a los años de pantalón corto, del baño de los sábados y la misa de los domingos. Regresé a los años perdidos en la memoria de juego sin motores en la calle y arena del patio del colegio en los bolsillos.