
Tarde me di cuenta de la trampa. Después de que me tuvieras en tus brazos ni ríos ni mares bastaron para poner distancia y tú, que me sabías tuyo, comenzaste a devorarme a bocados pequeños.
Camino, miro y retrato
Tarde me di cuenta de la trampa. Después de que me tuvieras en tus brazos ni ríos ni mares bastaron para poner distancia y tú, que me sabías tuyo, comenzaste a devorarme a bocados pequeños.