
Bueno, ya sé que salí por quince días. Me entretuve un poco. Vale, sí, podía haber avisado. Pero es que me quedé sin saldo; y sin batería. No, desde que se popularizaron los móviles cuesta encontrar una cabina. ¿Otra? ¡Qué cosas dices! No, no, mujer, ¡cómo va a haber otra! Es que… quería conocer bien el lugar. Claro, quince días, quince semanas, dos años… ¡cómo eres! ¡cómo va a ser lo mismo! Pero no te defiendas atacando. No estamos discutiendo eso. El caso es que todavía no entiendo por qué cambiaste la cerradura. Al fin y al cabo, la casa la compramos a medias. Por cierto ¿conoces un buen cerrajero?