
Comienza con un vendaval allegro que levanta el paño, ma non troppo, intentando dominar el viento. Después, sobre las olas el movimiento se ralentiza y la brisa salpica el rostro; pero el tempo lento dura poco porque una corriente juguetona quiere divertirse con la vela y en scherzo sube y baja, viene y va, alborota y apacigua el barrilete espolvoreando el cielo con nubes multicolor. Poco antes del final, acude un torbellino molto allegro que lleva el trapo en volandas hasta la orilla y pone punto final a la sinfonía del viento.