
No señor. No soy nada normal. Aunque algunos digan que se vuelven normales al bajar del escenario, cuando las luces se apagan y termina el concierto, siguen sonando en mi cabeza los aplausos y los gritos que me alimentan.
Camino, miro y retrato
No señor. No soy nada normal. Aunque algunos digan que se vuelven normales al bajar del escenario, cuando las luces se apagan y termina el concierto, siguen sonando en mi cabeza los aplausos y los gritos que me alimentan.