
“Ayer a uno y mañana a tres ¡vaya paso que lleva el mes!” decía mi abuelo todos los segundos días que compartíamos. Y a fuerza de oírle, se me pegó la cantinela. Como se me pegó la letra de la sevillana de Romero San Juan que me recuerda que “pasa la vida y no has notado que has vivido” y cada fecha significativa me pongo a canturrearla: “…igual que pasa la corriente” y todo se olvida. Pasan los días, pasan los años y pasa el ritmo de la vida a través de los cristales de la ventana de León Felipe “y la muerte también pasa”. “Y yo, camino indiferente donde me quieran llevar”.