
En realidad no sufro penas. A veces surgen contratiempos, claro, pero si me alejo y los observo de lejos, desaparecen mezclados con las alegrías. Mientras, se suceden los días: ligeros como la corriente del arroyo que refresca o densos como el jabón que depura. Así, la realidad se confunde con los sueños, los deseos con las ambiciones, las verdades con las mentiras y la tristeza se diluye entre tanto desconcierto.
Pero las verdades humanas me tienen sin cuidado …Me resultan tan vanas cuanto las mentiras y a veces ni siquiera bellas . Y si me dan a elegir entre la verdad y la belleza humanas , no lo pienso ni un segundo ; LA BELLEZA !!! aunque sea de mentira y me queme vivo.