Arde la noche aún sin sol y prenden los pies descalzos sobre el asfalto. Pero no me quema el verano repentino ni el mercurio disparado: me incendian tu ausencia, el vacío que dejaste y el recuerdo amargo adherido al cristal frío.
dios mio¡¡¡¡¡¡¡…ese cristal frio que resquebraja mi alma hasta hacerse liquido….liquido como cada gota que cae por mi mejilla fria……tan fria….que me quema……..
(disculpa mi atrevimento….pero me brotaba por las manos, las mejillas y el vacio de la ausencia)
dios mio¡¡¡¡¡¡¡…ese cristal frio que resquebraja mi alma hasta hacerse liquido….liquido como cada gota que cae por mi mejilla fria……tan fria….que me quema……..
(disculpa mi atrevimento….pero me brotaba por las manos, las mejillas y el vacio de la ausencia)
Nada que disculpar. Al contrario. 🙂