
Caminaba cabizbajo ocupado en retorcidos pensamientos. Tropezaba en las esquinas con pasos apresurados y dudas existenciales cuando el claxon de un vehículo nervioso me devolvió al momento y lugar en que me encontraba. Asustado alcé la vista y sin apenas tiempo para reponerme encontré, como una tremenda bofetada, una respuesta escrita en el cielo. Tomé aliento, miré a ambos lados de la calle antes de cruzar y continué caminando cabizbajo ocupado en retorcidos pensamientos.