
Cinturones a un euro, cinturones a un euro, cinturones a un euro… Con su acento de ultramar repetía incesante esta cantinela poniendo especial atención en variar la melodía con cada repetición. Cinturones a un euro, cinturones a un euro, cinturones a un euro… A la puerta de un banco extendía un pequeño mantel en el que mostraba la variedad de colores. Cinturones a un euro, cinturones a un euro, cinturones a un euro… los peatones pasaban de largo sin prestarle atención hasta que tenían que detenerse para esperar la luz verde del semáforo. Entonces, su son resaltaba sobre las señales acústicas del poste luminoso y volvían la cara para mirarle, sin comprar, pero moviendo el pie al compás del montuno. Cinturones a un euro, cinturones a un euro, cinturones a un euro…