
A veces nos perseguimos por toda la casa o nos echamos la mano encima disputando la comida; a veces nos peleamos hasta que se demuestra quién es la más fuerte o nos bufamos si algo nos disgusta. Pero casi siempre caminamos juntas, dormimos compartiendo el calor o nos ayudamos en la limpieza diaria. Al fin y al cabo, somos hermanas.