
Terminar esta nota, regar las facturas, revisar las lechugas, comprobar las hierbas malas, quitar el correo, acudir a ese libro, telefonear a las frutas maduras, leer en sus ojos, estudiarme las flores, decir que la quiero, contemplar la canción, abrazar a las nubes, publicar la sensación… Las tareas pendientes se acumulan en mi bandeja y la lista no hace más que crecer y crecer.