
A veces el sol sobre el rostro alimenta pero satisface más la compañía de un amigo. A veces el tiempo se detiene aunque las palabras se deslicen como los granos de arena que se precipitan dentro del cristal. A veces no se cuentan los vasos aunque la cifra de la factura hiera el presupuesto. A veces no importa tanto el lugar porque sólo se enfoca a la compañía. A veces los problemas desaparecen a la misma velocidad que disminuye el nivel de sidra en la botella compartida.
Que si, que en buena compañía, una sidra fresquíta da un poco más de gusto a la vida. Un placer. Se feliz.