
Nací aquí por casualidad. Crecí mirando alrededor y lo di por bueno; no conocí otra cosa. Casi sin darme cuenta, mis pies se fueron amoldando al terreno. Vinieron de lejos y me hablaron de otros lugares pero me sentía a gusto en mi sitio. A muchos de mis compañeros de entonces los arrastró la corriente, desaparecieron o decidieron buscar lejos. A veces los echo de menos y me arrepiento. Entonces decido marchar pero unas poderosas raíces me aferran a la tierra donde nací y sigo aquí, mirando alrededor y dándolo por bueno.