
Desde que te has ido no hago otra cosa que comer. A otros les da por lo contrario pero a mí no se me ocurre otra manera de llenar el vacío que has dejado que llenar el estómago con todo lo que encuentro cerca; dejaré los árboles tan desnudos como dejaste mi corazón mientras espero la llegada de una nueva compañera que me ayude a volar lejos, a un lugar donde broten las hojas frescas y pueda compartir el alimento con el que criar a las pequeñas ninfas que nazcan de nuestro amor.