
Nos saltaremos la clase.
Bajo las sombras entreveradas de los árboles que asoman sus brotes a mayo te tomaré de la mano para que mi sangre temple tu piel rociada del frescor del amanecer.
Sobre los adoquines de las aceras igualaremos el paso al ritmo acelerado de las entrañas que laten acompasadas para que leviten los cuerpos que las sostienen.
Ante las palomas del parque que buscan migajas urbanas entre la arena posaré un aleteo de palabra en la orilla de tu sonrisa para que se cuenten secretos.
Nos saltaremos la clase y se convertirá en domingo la mañana de martes cuando revivan tu lengua y la mía conjugando los sueños que se escapan por las ventanas donde los pupitres encerrados declinan vocablos muertos.