
Aguas claras, fina arena y un clima excelente. Estos ingredientes trescientos kilómetros al norte resultarían suficientes para que en vez del pálido amarillo de la playa se viese un mosaico multicolor de toallas y cuerpos desnudos. Pero esto es África, no están bien vistos los bikinis y sólo un puñado de chavales que ya han salido de la escuela juegan con la arena o disfrutan del buen tiempo presumiendo a bordo de un patín.