
Iluso, creí haberla conquistado cuando accedí a sus entrañas. Tardé en comprender que había sido devorado. Ausente de voluntad, mis pasos dirigidos seguían sus deseos aunque no supiera donde terminaría aquella aventura. Ni siquiera cuando me di cuenta de la realidad logré apartar mis ojos de aquella mirada penetrante que me anulaba.