
Desagradable, asqueroso, repugnante, repulsivo, molesto, incómodo, agresivo… más veces de las que nos gustaría así es el mundo que nos rodea y, casi siempre, cerramos los ojos ante lo que no nos gusta ver. Pero la verdad está ahí fuera: el grande se come al chico por necesidad y el poderoso aplasta al débil por ambición. ¿Vas a seguir ignorándolo?